En este momento siento que hay más de la mitad de agujeros en Agu(j)eros. Que es más lo que no controlo, lo que no sé, lo que me hipnotiza… que lo que me propongo, pretendo o quiero impulsar en alguna determinada dirección.
Ayer Alba*, en un mail felicitándome por el estreno del blog, … me encargó esta curiosidad suya: “Después de haber visto que más de 200 personas han visitado tu blog... ¿cuántas personas te han escrito para decirte cosas?”
*voy a decidir llamar a las personas por su nombre real, ficticio, de cabecera, pila o segundo nombre. Usar “amiga”,”persona”, “paciente”… para preservar su intimidad me coloca en la tesitura de elegir el trato que le doy… y como que no me gusta.
Entré al blog para comprobar ese dato y el contador marcaba 273 visitas. 22 personas contabilicé que me habíais escrito para decirme cosas. Esta mañana, 329:27.
Hasta que decido hacerlo público...
Ayer me sentía abrumado…. Me estimulaban a seguir: el aliento, y la transcripta espera de más post, que me habéis hecho llegar (y que no sé si alguien puede imaginar cuánto agradezco). Al tiempo que me zarandeaba la emoción que eso me provocaba. Como un niño en la víspera de Reyes Magos.
Esta mañana me ha preguntado Carmen P. que por qué la jota entre paréntesis de agujeros. También me aclaraba que ha entrado al blog desde el trabajo y que sólo había hecho una lectura por encima. (Por eso es muy probable que no leyera lo de la sonoridad de la jota aspirada)
Mira tú por donde que me estaba mostrando un nuevo agujero por el que mirar. O varios ;-)
Hace diez años conocí a un licenciado en Bellas Artes que estaba estudiando psicología y formándose como psicoterapeuta. Era un tipo con una de esas presencias espectaculares, un híbrido entre Brad Pitt, Rob Lowe y George Clooney. La gente se paraba a mirarlo por la calle. Y no bromeo.
Estuvimos de tirón, en uno de nuestros encuentros, casi siete horas de tertulia íntima..
Habló de sí mismo, expresó vivencias y sentimientos… Y me dejó estupefacto,… porque parecía que por “dentro” estaba hueco, vacío… el eco de sus palabras apenas resonaba, … su interior aparentaba muy poca profundidad. Su exterior era un potente radar.
Yo expresaba el arte en aquellos tiempos diseñando y manufacturando pequeños muebles, lámparas,… Y quiso que le mostrara algo. Cuando vio una mesa de centro y una lámpara de pié, que incluían madera de pino entre sus materiales. Madera sin barnizar, ni pintar, … Espetó: No soporto a los artistas que se dejan las obras sin acabar.
¿Has sentido alguna vez que te dan una torta, y que antes de poder reaccionar te dan otra en la otra mejilla? Plas! Plas!: Me acaban de otorgar un título de artista. ¿Obras sin acabar?
¿Cuándo se acaba qué?
Yo no conozco los parámetros ni para definir qué es arte, ni para considerar que alguien sea llamado artista.
La pregunta de Carmen me ha sugerido que el paréntesis de la Jota es como una ventana, un agujero para mirar dentro de Agu(j)eros… Un Blog que está vivo. Una puerta en el fondo de un inmenso salón que sugiere que además de todos los detalles del salón, hay una puerta que te puede llevar a otro lugar.
Cuando decidí el paréntesis fue como un brochazo improvisado en el lienzo que cuidadosamente prepara un pintor. Un brochazo con la mano izquierda casi por accidente, y traicionando a la diestra… El artista se va a la cocina a por un café, y cuando vuelve mira de reojo, de lejos, el lienzo… Y sonríe: Me gusta ese brochazo. Le da un algo…
Aunque no sabe para qué…
Como me inspira,… me moviliza.
El mismo uso que le estoy dando a la palabra agujeros es, más que ambiguo, polivalente… Parece que es esto, pero por momentos se está refiriendo a lo otro aquello. Agu(j)eros tiene sentido que no se preste a encontrarse con tapaderas con cierre hermético… Y si esto algún día acabara sucediendo… por el efecto mariposa, el de boomerang, o la teoría del Big Bang, … aquel tipo con aquella presencia tan espectacular, acabaría trasmitiendo muchísima profundidad interior ¿valga la redundancia?
Sólo añadir que casi la mitad de lo que escribo…. No me entero de que lo he escrito, ni de su intención o sentido… hasta que no lo he leído un tiempo después de que haya sido “publicado”.