Hace ya días que sucedió, y todavía veo como un guiño de ojo cuando me viene al recuerdo… Quería contarlo, o al menos escribirlo.
Desde hace más de 15 años, cada dos o tres días leo un periódico mientras tomo un bombón en el bar de turno del lugar donde esté viviendo… Ese lugar es en este momento mi pueblo, en el que llevo residiendo desde hace un año, después de más de veinte de ausencia.
El ritual del bombón (un café “cortado” pero con leche condensada) en el bar de turno consiste en salir a la calle, mirar el cielo, notar la temperatura exterior, caminar, observar a la gente, entrar al bar, notar a la gente de lejos, pero más de cerca que en la calle, imaginarme por sus caras lo que les estará sucediendo, … mientras leo el periódico: Algún titular, alguna columna, el horóscopo, algo de cultura, las esquelas (aunque nunca he leído el ABC ;-)…
Pensé que era demasiada casualidad, y como creía que tenían familia en el pueblo, decidí preguntar a mis padres…. Pero cada día que iba a comer, se me olvidaba… Hacía tantos años que no veía a mis padres día a día, que me quedaba embelesado al observarlos en su cotidiana vida, y se me acababa olvidando cualquier propósito que tuviera entre manos llevar a cabo cuando volviera a estar con ellos.
Pasan las semanas, y me encuentro por la calle a una antigua vecina que iba de luto. … Preguntaré a mis padres.
Ese día he quedado para comer en casa de mis padres. Cuando llego, están hablando de la gripe, de la de toda la vida… Mi padre le dice a mi madre que la vacuna es contra la gripe, que el resfriado es otra cosa, que la gripe es una enfermedad que antes era muy grave, que moría gente, que a algunos los enterraban vivos sin saberlo, y que por eso después obligaron a 24 o 48 horas de velatorio antes del entierro, para asegurarse,…
En esos momentos me acuerdo de la vecina enlutada, pero antes saco de la memoria lo de la esquela, … e interrumpo para preguntar a mis padres...
Era la mujer que yo sospechaba. Mi padre empieza a relatar, pero se hace largo (de casta le viene al galgo)… le interrumpo, y pregunto por la vecina de luto para no volverme a ir con eso pendiente,… mi padre sigue contándome… le sigo,… pero vuelvo a preguntar por la vecina de luto,…. El sigue con la de la esquela… Me cuenta que la mujer de la esquela es viuda de un señor del que hubo escándalo sobre su muerte, …
Insisto en la vecina de luto, me dice que ha muerto su marido,…. Trato de recordar quién era, quienes sus hermanos (me gusta cuando me viene de carrerilla el saber quién es quién y está emparentado con quién del pueblo, después de tantos años de ausencia…) de repente descubro que el difunto marido de la vecina enlutada, tenía un hermano que yo no sabía que existía… me cuenta mi padre que se suicidó…
¿Y eso? Pregunto yo… “Es lo que te iba a contar y no me has dejado…” responde él.
Y Cuenta: Cuando murió el marido de la señora de la esquela del periódico era en tiempos en que se rumoreaba lo de la gripe, y lo de enterrar a la gente viva por error,… En aquellos años, el sepulturero del pueblo era el hermano del difunto de la mujer enlutada por la que estabas preguntando,… era un hombre un poco maniático de por sí… A los pocos días de la muerte del marido de la mujer de la esquela, le insinuaron al enterrador que igual había enterrado vivo a ese señor… se le acabó metiendo esa idea en la cabeza… hasta que no pudo con ello y se suicidó.