Le había llamado yo porque lo estaba pasando fatal y necesitaba hablarlo con alguien. No me acuerdo ahora de qué se trataba, pero hay muchas probabilidades de que fueran asuntos de desamor ;-)
Sollozando le expliqué lo que me estaba sucediendo y su respuesta (que yo entendí amable) fue: Hay que atravesarlo, Fran. Hay que atravesarlo.
Hay una actividad humana en el mundo occidental que casi está institucionalizada, que es cinematrográfica, literaria, y vivencial, y es, como si de una receta infalible se tratara, “fundir la tarjeta yéndose de compras para “superar” un mal de amores o de cualquier otra índole... claro que para eso se ha de tener tarjeta y liquidez... pero no problem! porque también están los “genéricos” que cuestan menos... engancharse a la tele, a un trabajo alienante (y no es que haya trabajos en sí que lo sean, y otros que no... más bien me refiero a la actitud con la que cada cual afronta su trabajo), un clavo saca otro clavo, … muchos medicamentos genéricos con casi idéntica composición,... hasta medicamentos literales con nombres acabados en pam o empezados por ansi, o quedarse en constante goteo de la víctima.
Hace más de 15 años, cuando mi amigo FFF y yo ya habíamos acabado la Facultad, la formación como psicoterapeutas, y ya estábamos ejerciendo cada uno por su parte, me llamó un día para quedar... Necesitaba contarme algo.
Había tomado una decisión firme e importante: Abandonar su profesión. Me dijo que se sentía incapaz de acompañar a las personas cuando estaban sufriendo por algo... que era superior a sus fuerzas, y colgó los “hábitos”.
Un tiempo después comprendí que aquel “hay que atravesar” bastante tuvo que ver con un “no puedo soportar verte llorando” … pero para ese entonces un servidor que siempre ha sido bastante obediente, al tiempo que revolucionario (yo tampoco sabría explicar ahora como se come esto ;-) ya había experimentado varios atravesares acompañado por mi psicoterapeuta o maestro de turno, y alguno a solas... por lo que aunque su motivación fuera entonces “salvarse” … yo le seguí estando, y sigo hoy, muy agradecido por aquello a FFF.
Si es que al final la elección entre colocarse en la víctima o todo lo contrario, ante lo que nos pasa, se nos dice,... etc... cambia bastante la película.
Si una persona no ha experimentado estar en una piscina, o en el mar desde bebé... y le dicen de meterse de golpe con una cierta edad, el miedo que tiene de ahogarse, aún con flotador, es grande... pero si llega a experimentarlo, da el paso, y se atreve,... además de vencer el miedo, va a llegar a disfrutar de las sensaciones de la experiencia. Y lo que es más importante: Habrá vencido al miedo.
Hace más de diez años, en una de las pocas cuántas sesiones “express” que he vivido (estaba yo “de guardia” un verano en el gabinete psicológico que entonces compartía con otros colegas) acudieron de urgencias una mujer de 50 años, con su acompañante marido de 55. La mujer llevaba 15 años con una depresión diagnosticada, su psiquiatra (en esos días de vacaciones) y sus medicaciones y dosis cambiantes. Tuvimos una entrevista-sesión de más de hora y media (nunca he tenido sesiones de 50 minutos) en la que su marido estuvo presente parte de ella.
Cuando acabé de entrevistarles, entrevistarla y escucharla... (donde me trasmitió lo quemada que estaba de tantos años así, las ganas de curarse y la impotencia que sentía) y desde el ”poder-confianza” que ella había depositado en mi, le dije: María (nombre ficticio) te voy a preguntar, invitar, sugerir algo muy sencillo ¿aceptas? Ella dijo sí! … María ¿por qué no te das el permiso de estar deprimida durante todo el tiempo que lo necesites y hasta que dejes de necesitarlo? Le cambió la cara, se le abrieron los ojos, asintió con la cabeza,... y miró hacia la puerta de salida tras la que se encontraba la sala de espera ocupada por su marido... me levanté, pedí a su marido que pasara... le pregunté a él si también le daría ese permiso a ella. La miró, los ojos de María brillaron... Y él dijo: Por supuesto que todo el tiempo que necesites.
Nunca más les ví. Me llamaron a los 15 días, a los dos meses y al medio año, para insistir en darme las gracias porque se había curado de la depresión.
Me da igual qué, quién, quienes tienen la culpa de esto... Buscar y encontrar la culpa de algo, alguien, sobre lo que nos afecta, nos convierte en víctimas, y desde la víctima no es el lugar desde el que mejor podemos recomponernos.
Se ha dicho, redicho y fundicho (me la acabo de inventar y quiere decir mezclar cosas que ya se han dicho, aunque parezca que no tienen nada que ver, para refrescar, captar algo que por reescuchado hemos obviado)
Vivimos en una sociedad que niega la muerte, quiere apagar el dolor, el envejecimiento, cualquier cosa que nos desestabilice o signifique crisis.
Esto me recuerda a la piscina... A veces me asombro de la cantidad de personas que no han metido el pié en una piscina ni en el mar, cuando han estado tan cerca, o incluso viviendo en una casa con vistas al mar. Escribo en sentido figurado claro está, pero me refiero a cosas tan sencillas como “atravesar” un dolor de cabeza, o lo que sea, sin adormilarlo con un antidolor, … o llorar una pérdida hasta entrar en una catarsis, soltando... y atravesar, …
Sobre lo segundo, ya sé que la mente, la consciencia, los temores,... por desconocidos son difíciles de atravesar a pelo, sin ningún tipo de acompañamiento... y hasta recomiendo el ser acompañados... pero es que, hasta personas que están en terapia con sus terapeutas en los que confían hacen esfuerzos ingentes por no meter ni el dedo gordo del pié en la piscina.
Precisamente porque forma parte de la sociedad en la que vivimos, no hemos aprendido, no nos han acompañado, no nos han enseñado a atravesar.
Da miedo, da mucho miedo.... ¡Es que si me pusiera a llorar necesitaría no un pañuelo... muchas sábanas! … he oído muchas veces. No me es ajeno el miedo a perder el “control” a que se le desmonte a uno su paraeta (puesto de mercado ambulante para los valencianos)... es más, esos miedos tienen su importante función... No es que no comprenda ni acepte que sea así.
No es eso.
Es que al final parece que hayamos fabricado una enfermedad endémica que nos mantiene constantemente de espaldas al miedo, y sin poder beneficiarnos de lo que se encuentra al otro lado del miedo y que se nos presenta como regalo garantizado por haberlo atravesado.
No es que quiera mostrarme intolerante ante un miedo que conozco y comprendo muy bien... es que me duele y entristece que tantas personas no puedan, y renuncien sin saberlo a encontrarse con la luz que hay al otro lado de la oscuridad... y que realmente llegue a convertirse en enfermedad endémica crónica.
Por supuesto que tenemos que acostumrarnos yconvencernos de que es necesario "atravesar" en muchas ocasiones,para encontarr esa otra luz que, dices, hay al otro lado de la oscuridad.
ResponderEliminar¡ Cuanto me gusta lo que escribes, aunque no sean más cuentos !.
Un beso, GONZALO
Un beso y muchas gracias, Gonzalo, por tus siempre amables y generosas palabras.
ResponderEliminarVendrán más cuentos, y más reflexiones ;-) y mis dedos dispuestos a teclearlas.
Qué maravilla, los cambios de registro y los regresos de registro,... y cómo se retroalimentan unos registros a otros... los cuentos... y la sabiduría compartida... con tanta generosidad... Y qué necesario... cuánta luz... atravesar... obedecer... dejar de colocarse en el lado de la víctima y hacerlo en el de la humildad, acatando las curvas del camino, en lugar de rompernos los cuernos con las esquinas porque nos pillaba en línea recta... En tres palabras: so ber bio.
ResponderEliminarEn siete palabras A PO TE Ó SI CO, Adalberti ;-)
ResponderEliminarHay comentarios difíciles de comentar ;-) lo mejor habría sido que escucharas la carcajada polifónica polifacética con tintes de miedo,euforia, desconcierto, risa, alegría,llanto.. que salió de mi tras leer tu comentario.
Pero como no ha podido ser, espero que te valga el agradecimiento por tu derroche expresivo y movilizador.
Yo también te quiero mucho ;-)
Un abrazo.
Todo ocurre "por necesidad", decían los estoicos o Spinoza... Cuando esto se interioriza o se termina intuyendo como una Verdad más allá de uno mismo, la pregunta que cabe formularse a continuación es: -¿por qué mostrarnos, entonces, como "víctimas" ante "lo que tiene que ser"?- Pues la respuesta creo que tiene que ver con que en la tierna infancia algunos "aprendimos" a ser "víctimas". Por esto, algunos "continuamos" comportándonos como víctimas ante lo que es... Y, ¿con qué fin aprendimos tal cosa? Pues con el de que papá, mamá, la abuela, los titos... nos resolvieran esas pequeñas cosas ante los ojos de los mayores que ante los ojos del niño son grandes obstáculos o agresiones. La fórmula más o menos funcionaba... Si otro niño nos daba una torta, inmediatamente poníamos el mecanismo de "la víctima" en funcionamiento, entonces los salvadores (la familia) aparecían y se hacían efectivas las reprobaciones al niño agresor a la par que el niño agredido (nosotros) recibía los besos y abrazos demandados. La situación quedaba entonces resuelta de la forma más fácil... Algunos aprendimos este mecanismo para resolver nuestros conflictos con los demás niños. Aprendimos a ser "la víctima" para que nuestros seres queridos nos sacaran las castañas del fuego.
ResponderEliminarY algunos continuamos reproduciendo este mecanismo en la actualidad, "inconscientemente". De alguna manera, me he dado cuenta de que en la madurez reproducimos "patrones" de comportamiento que elaboramos en la infancia, y de que lo hacemos "inconscientemente"; sin tan siquiera percatarnos de que esos viejos "modus operandi" ya no nos resultan eficaces en el mundo de los adultos.
Así, por un lado no nos damos cuenta de que "aprendimos a ser víctimas en la infancia" y, por otro, no nos damos cuenta de que “esta conducta aprendida que nos fue sumamente eficaz en nuestro pasado infantil ya no lo es en nuestro presente de adulto”. Percatarse de esto vivenciando nuevamente al “niño interior” para percatarnos de cómo éste opera, es el primer paso para que “la víctima” derive en “el afectado” que se gestiona a sí mismo y para que el niño se torne real y finalmente en Hombre.
“Me da igual qué, quién, quienes tienen la culpa de esto... Buscar y encontrar la culpa de algo, alguien, sobre lo que nos afecta, nos convierte en víctimas, y desde la víctima no es el lugar desde el que mejor podemos recomponernos”.
De nuevo, miles de gracias por esta entrada con la que has arrancado todo lo anterior en mí : )
Gracias! A mi también me ha encantado!! He leido éste antes que los cuentos, no se por qué, me apetecía leer los cuentos desde que me hablaron de ellos, pero cuando he acabado de leerlo, he creido que ha sido pura intuición, que he recibido tu mensaje, aunque ni tu supieses que iba dirigido a mi, jeje. Se que no es así, pero he querido verlo así, me ha llegado en un momento en el que me ha hecho abrir los ojos más de lo que yo ya lo estaba intentando. GRACIAS!!
ResponderEliminarMuchísimas gracias Infinito cero y anónimo.
ResponderEliminarEn primer lugar por compartirlo públicamente... Estoy convencido de que cada comentario enriquece la entrada, y cada visita se enriquece con los comentarios-vivencias de otras visitas. Eso es generosidad y creo este momento histórico necesita bastante de eso.
En segundo lugar por lo que supone para mi saber que a alguien, no sólo le ha llegado, sino que le ha movido algo y ha hecho su efecto.
Escribo fundamentalmente por y para eso. Puede enriquecerme más o menos que me hablen del estilo, o la gracia, con la que escribo porque soy nuevo escribiendo y publicando, y uno tiene sus dudas... pero mi motor de escribir es que sirva como motor en las consciencias individuales, internas, íntimas de otras personas...
Y de verdad que me emociona tanto leer cosas como lo que habéis escrito....
Porque cuando cierro los ojos, mi mente se para, respiro, conecto con algo interno, abro los dedos, y sin control mental me suelto y fluyo, hasta quedar completa una nueva entrada ... creedme que esa entrega es con la voluntad de que sucedan en otras personas cosas como las que habéis expresado.
Y si suceden y nadie lo expresa... no voy a rendirme de seguir... porque algo me mueve a hacerlo... pero si alguien lo expresa, ... esa entrega cobra otro sentido.
GRACIAS.
ME ALEGRA TANTO QUE OS SIRVA:::
Tú eres psicólogo??? jajajja. Me he acordado de esa escena en la película de "Una terapia peligrosa" en la que el psicólogo le habla a Robert de Niro (o era Al Paccino?, siempre me confundo, es igual) y él lo señala con una expresión de "Tú eres bueno...tío, muy bueno"
ResponderEliminarMe gusta mucho que transmitas lo de dar permisos, eso sirve y sorprende a la gente.
También me gusta que tu amigo haya "colgado los hábitos", elaboramos muy poco el tema de la vocación. Arduo trabajo el de descubrir qué es lo que realmente nos mueve y nos realiza, y ole también el permitirnos equivocar el rumbo y trazar nuevamente, o girar un poco el objetivo y tener otra perspectiva. Por cierto, mis plantas ahora están hermosas y verdes, he encontrado su sitio. Ya a esta hora de la noche, me doy permiso a la asociación libre.
Abrazo.
Me he perdido con lo de tus plantas Claudia... debe ser lo de la asociación libre ;-)
ResponderEliminarLlevo días deseando que asomaras la cabeza para volverte a agradecer tus comentarios a la entrada del traje nuevo del emperador... Eso mismo me impulsó a escribir "Retrato de un hombre atravesando", y éste el de "Fotografía de una mujer.." y los dos "Lo Dicho, lo Redicho y lo Fundicho"
Usamos tan poco la capacidad para movilizar a otros,... e intuyo que se encuentra tanto poder de transformación en ello....
Muchísimas Gracias, Claudia!
Abrazo.
He leido tus dos cuentos, me sigo manteniendo en mi asociación libre. La resignificación en todos los casos, la mujer depresiva y su marido, Andrea y Jonás, tu amigo el de los hábitos, tú mismo atravesando y al narrar, todo es una analogía a mis plantas, que se estaban poniendo mustias y deshojando mientras yo las observaba languidecer. Estar en otro sitio fue la solución, ponerse en otro lugar, cambiar la mirada, atravesar otro espacio, ir hacia la luz. Y si, parece trivial. Y no, de momento sigo cuerda, doctor.
ResponderEliminarOtro abrazo.
Sigue en tu cordura, Claudia... y que tus plantas atraviesen su mustiedad ;-)
ResponderEliminarABRAZO.
siempre considere, aun de niño, que valía mas, quedarme despierto e ir con sueño al colegio, si algo en mi vida lo requería, y disfrutar el hallazgo de los detalles sobre lo que me acontecía, que acostarme a dormir.
ResponderEliminarDe grande recomiendo a los ansiosos que me rodean, no tomar pastillas para dormir, o para levantarse, sino tomarse, el tiempo que sea necesario para revisar ese dolor. Mi posición claro es contraria a la de los médicos, y a la actualidad en general, pero sin embargo es hermana de la tuya fran. Por eso como siempre te felicito y gracias por hacerme ver que somos muchos los que consideramos que afrontar es vivir, y no escapar.... un abrazo
Estoy por creer, El Tulumbano, que tod@s estamos en el fondo de lo más auténtico de nuestro Ser, "de acuerdo" en lo mismo, en lo esencial... aunque nuestra "manifestación", en función de estar más o menos despejados, más o menos atrapados,... más o menos libres, ... nos lleve a creer que estamos "enfrentados".
ResponderEliminarEstoy por creer que por eso precisamente hay que celebrar los "hermanamientos", no claudicar, no luchar ni contraponerse, ... y seguir adelante con fuerza, predisposición, confianza y comprensión.
Un abrazo.
hola, llegué a tu página gracias a la palabra "descubrir" y me alegro, la verdad, me gustó mucho leer esta entrada, tan realista, sobre los miedos de esta sociedad, en la que vivimos, el no aceptar cosas que van unidas a la vida, el miedo que hay hasta por derramar una sola lágrima... qué bueno lo que le dijiste a la Sra. Maria! Un saludo y hasta pronto!
ResponderEliminarBendita palabra "descubrir", Gemma. Que nos lleva a descubrir-nos.
ResponderEliminarGracias por tu comentario y un placer saludarte.
Hasta pronto!
Fran..
Fran: muy buen blog. Reflexivo y con buenas imágenes que reflejan en cada agujero de andalucía, áfrica y otros lares; desde una salida a nuevos mundos; hasta la carencia de una tapa para protegernos...seguramente de nosotros mismos.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias por tu comentario "Tendencia Vital".
ResponderEliminarMuchas gracias.